9-1-12
Desgraciadamente,
y por mucho que me hiciera ilusión el quedarme con mi amigo Shai en Pedasí, el
hecho de que las playas estén a unos dos kilómetros de distancia del pueblo me
ha echado para atrás completamente. No por eso hay que hacerle ascos a Pedasí,
que aunque progresivamente colonizado
por “gringos” aficionados a la pesca del merlín, es un encantador rincón de la península de Azuero. Más que
tranquilo, diría yo.
Con mucho
ommmm encima, volví a llamar a ver si había aparecido mi mochila, porque
contando con una información privilegiada por ser hija de un ex trabajador de
Iberia (gracias papá), la mochila se había quedado en Madrid y debería haber
llegado a Panamá esa mañana después de una parada técnica en Caracas.
-“¿mi
mochila?”
-“Señorita,
salió ayer de Madrid pero no llegó a Panamá. Sigue sin aparcer en el sistema,
pero debería estar en Caracas. Quizá en el vuelo de ésta noche.”
No comments.
Ahí la playa, tan cerca y tan lejos y yo sin bikini…Pregunté a unos locales y
me señalaron la casa de una señora que vendía ropa de segunda mano. Escogí la
única camiseta que no tenía ni agujeros ni manchas de lejía (y que no iba a
dañar mucho mi imagen personal) por dos dólares y por el módico precio de tres
dólares me llevé también el único bikini disponible. No voy a comentar el
proceso de desinfección que apliqué a esa minúscula prenda veraniega ( porque
se me escapaba todito todo por los lados, y no, no voy a publicar fotos de cómo
le quedaba a la percha).
En el hostal
coincidí con Sandy y Anna, dos alemanas con las que compartiría mi tiempo
durante mi experiencia en Playa Venao, mi próxima parada.
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playa Venao. se pueden ver las pocas construcciones que hay |
Para ir a
Venao hay que coger un bus de esos que nunca se sabe cuándo aparecerán y que
tardan entre 30 y 50 minutos, depende de la destreza del conductor para
esquivar los agujeros traga-coches ( recordé con añoranza las carreteras de
Kazajistán) , así que suplicamos a unos amigos de Shai que iban a surfear allá
para que nos hicieran un hueco en su coche de alquiler. Lo malo es que entre
las tablas de surf, las mochilas y los humanos no había sitio para todos, así
que Shai me dejó su scooter y, casco en
cabeza durante 35 minutos, me estuve riendo yo sola de los “cacho” agujeros de
la carretera y de la cantidad de mosquitos que me tragué mientras me reía. Pero
llegué sana, salva y ya comida….
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Eva on the beach |
Playa Venao
es , o era, básicamente, una playa virgen, sin ninguna población asentada en su
bahía, pero en los últimos años inversores israelitas se han hecho con todos
los terrenos en primera línea de playa, y aunque de momento sólo hay un par de
hostales/chiringuitos de playa, la historia promete mucho más desarrollo (
desgraciadamente) . Su interés recae en las olas. Es una bahía que ha atraído a
surfistas durante años, e incluso se celebran fechas de campeonatos mundiales,
siendo un imán (y joya) para los inversionistas más rápidos , el cual ya no es
mi caso. Si a la atracción de las olas
se le une una recién asfaltada carretera de acceso más el proyecto de construcción
de un aeropuerto en Pedasí, el resultado el aumento considerable de turistas,
porque sí que es cierto que para llegar hasta aquí desde Panamá City por
carretera es un poco doloroso, por eso casi todos los turistas evitaban su
visita a esta zona remota de la península de Azuero.
Personalmente
no me apetecía quedarme en los hostales a pie de playa, sobre todo teniendo la
opción de quedarme por 11 dólares en el dormitorio de Eco-Venao, una especie de
eco-resort/ proyecto de reforestación de la playa donde se ofrecen clases de
yoga, el ambiente es mucho más “eco” que los de pie de playa ( fiesta, fiesta y
más fiesta) y tienen una cocina para poder hacer pinitos culinarios y no tener
que estar comiendo en restaurante todo el tiempo, que tampoco es plan con eso
de la crisis….;)
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Surfing |
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más surfing |
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Este señor tenía como unos 65 años y ahí está er tío... |
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uno de los pocos surferos de calidad que ví ese día |
De todas
formas tengo que confesar que, de momento , las playas de Panamá ( o por los
menos las del lado del Pacífico) no son como yo esperaba. Ni la arena es blanca
ni corres el riesgo de morir por ataque gravitatorio de un coco, sino que es
otro tipo de vegetación y la presencia de las palmeras es simplemente
anecdótica…..por ahí que no estoy del todo convencida, pero bueno, queda mucha
costa por ver, así que no me voy a adelantar, aunque tampoco puedo decir que
esto sea el “pura vida” verde brillante que recuerdo de Costa Rica.
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mojiiiittoooooo |
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atardecer en Venao |
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tras el duro día.... |
Y bueno, he
de confesar que, aunque con sus contras, el hecho de que la mochila esté en el
limbo aeroportuario me está haciendo incrementar el gustito a eso de viajar
ligera…no shoes, no shirt, no worries…!!!! ;)