jueves, 12 de enero de 2012

"No aparece en el sistema, señorita"



6-1-12

Desde las 4  am que me desperté hasta las 8 que abrían las tiendas se me hizo una eternidad, pero no era viable que siguiera con las botas de montaña y con los pantalones largos, a  no ser que buscara una muerte por deshidratación. Había contratado un tour de un día por la ciudad de Panamá e intuía que sí o sí tenía que hacerme con un nuevo guardarropa para ese día.


Panama City, la zona comercial

La zona donde se encontraba el hostal es la llamada “Perejil” y no creo que sea de las peores, pero tampoco de las mejores, así que la salida de shopping  fue lo suficiente para querer salir corriendo de la ciudad teniendo en cuenta mi aversión hacia toda gran urbe.

Panamá Viejo, o lo que queda de ello...

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 El tour mientras esperaba a la mochila me pareció la mejor opción. Primero visitamos las pocas piedras en pie de lo que quedaba de Panamá viejo, que, según la historia, fue incendiado por los mismos habitantes para que no pudiera hacerlo el pirata Morgan, que al parecer era su hobbie. Más tarde, la ciudad se ubicaría en lo que se denomina “Casco Viejo”, formando parte ambas del Patrimonio de la Humanidad.  La siguiente parada fue Cerro Ancón, un pequeño parque natural desde donde se pueden ver las impresionantes líneas de rascacielos de la ciudad de Panamá, seguido del  Causway de Amador, la versión panameña de Puerto Banús, no que me impresionara mucho. Casi que  emocioné mucho más cuando vi a mi primer colibrí en Cerro Ancón.

Colibríiiii 

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Parada ineludible fueron las esclusas de Miraflores, de la zona del Canal. Impresionante obra de ingeniería de hace cien años que se cobró más de 20000 vidas en su realización (sobre todo por la fiebre amarilla). A la llegada de los barcos, se cierran el primer par de esclusas y bajan el nivel del agua unos 8 metros. Ver “hundirse” a semejantes cargueros embutidos entre hormigón ya es una vista que se mantiene en la retina. Una vez  que bajan los 8 metros, vuelven a abrir otras compuertas y los vuelven a bajar otros tantos metros, colocándolos ya a nivel del mar y liberándolos de semejante estrechez.  Como anécdota, el barco que más ha pagado por cruzar ha sido un crucero que pago creo unos 400.000 dólares, y el que menos, un colgado de los que me gustan a mí, que pago 36 centavos porque lo hizo a nado, y claro, sus medidas no son las mismas que las de un petrolero…

"Respira profundo"- y no pienses en la mochila....-.mensaje subliminal en Cerro Ancon
Canal de Panamá

De ahí, y atravesando la muy poco recomendable  zona de “el Chorrillo”, pasamos al Casco Viejo, que aparte de viejo, está que se cae a cachos, lo cual es una pena. Un laberinto de construcciones de aire medieval mezclado con colonial que en los últimos años se han ido restaurando poco a poco (intuyo con la inyección de la Unesco) y  que alegran con un toque bohemio y exclusivo donde se mezclan “boutique hotel” y exquisitos restaurantes con edificios sin rehabilitar donde viven o sobreviven  familias completas de panameños de bajos recursos. Eso sí, todo aderezado con una gran presencia policial para que al turista no le dé por cruzar la línea invisible que divide Casco Viejo de El Chorrillo, no vaya a ser que no vuelva…

Arte urbano en "El Chorrillo"


Casco Viejo

Casco Viejo

 
Y con un rico ceviche de marisco en el mercado de pescado se terminó la visita. Ahora toca llamar a ver si apareció mi mochila. “No aparece en el sistema, señora”. Pues nada, que se le va a hacer. Puede ser que llegara esa noche en un vuelo de Caracas, pero no tenía modo de saberlo hasta la mañana siguiente. Ya andaba desesperada por salir de la ciudad, pero me resigné. También me emocioné cuando mi guardarropa se amplió gracias a una viajera canadiense que se apiadó de mí y me regaló un vestido y una linternita…ya estaba lista para irme viajando ligera…

vista de Panamá City

Ocho de la mañana. Hora en la que supuestamente deberían cogerme el teléfono los de Copa airlines. Sin éxito, claro. Éste llegó sobre las diez y media sólo para que me volvieran a espetar eso de “No aparece en el sistema, señorita”.  “Pues me voy”.  Y así fue. Me fuì. Pero no al paradisíaco archipiélago de San Blas como había planeado sino a Pedasí
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Cosas de la vida, días antes de volar a Panamá descubrí que un amigo con el que compartí casa en Sri Lanka acababa de abrir un hostal en ese pueblito. Y como en ese momento necesitaba estar en territorio amigo, no lo dudé  y cogí el primer bus que saliera en esa dirección

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Intuyo que a partir de ahora empieza lo bueno...;)
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1 comentario:

Vikitrue dijo...

Muy buena descripción del Canal... me parecía volver al cole!!!